Nuestros pueblos están definidos por sus mitos, sus leyendas y sus miedos. Ellos forman parte de nuestra memoria colectiva y los heredamos de los más ancianos que nos los contaban en las noches oscuras a la luz de una débil lámpara. En ellos ha hurgado Alexis Mejía para construir estos relatos a los que ha agregado un ingrediente indispensable en la literatura: una poderosa imaginación.
Chulucanas, 1989-