Representan diferentes momentos y enfoques diversos de una reflexión proseguida a lo largo de los últimos años. Su punto común es una presencia “desde dentro” y una atención constante al conjunto de problemas vividos y expresados por la Iglesia latinoamericana durante estos años tan ricos y tan exigentes. A los desafíos de toda índole responden, en número creciente, grupos y comunidades de cristianos que luchan en medio de su pueblo, dan testimonio, celebran y profundizan una fe encarnada en la trágica y rápida evolución del continente. El teólogo comparte la misma lucha, recoge y busca expresar esas experiencias y su mensaje siempre nuevo y siempre vivo. Dentro del marco proporcionado por la teología de la liberación se despliega una temática que ha madurado en contacto con nuevos hechos y nuevas reflexiones. Esto lleva también a confrontaciones y rupturas, no sólo con teologías preconciliares sino con elaboraciones “progresistas” cuyo punto de partida no logra ser la vivencia y la lucha de los “pobres de la tierra”