El libro está escrito no sólo como debe ser, con claridad meridiana, sino con un estilo poético que nos da fe del oficio y de la pasión de su autor. Y que resulta paradigmático de la buena crítica, por el dominio de la materia y la argumentación sólida y minuciosa de cada punto que toca […] el conocimiento directo, la experiencia viva de la cultura cuzqueña en su centro ancestral, le otorga al acercamiento de Odi Gonzales a los versos de la Elegía una dimensión etnográfica. Lección que consiste en examinar la Elegía desde adentro, desde su lengua nativa y desde su propia experiencia vital andina. En un despliegue de generosidad, Odi Gonzales logra algo que suele escasear en la crítica: discrepar de sus predecesores con elegancia y bondad, aceptando algunas de sus lecciones, complementando ideas y refutando con argumentación sólida hipótesis que no lo convencen. (Mercedes López-Baralt)