Desde los inicios del pensamiento filosófico se ha reconocido que el hombre se distingue de otras criaturas en el hecho de tener pensamiento. Casi podría decirse que la Filosofía, propiamente dicha, nace con este descubrimiento, el cual condensó su fuerza en la imperecedera fórmula de Aristóteles: el hombre es un animal racional. Definir al pensamiento como el ejercicio de capacidades conceptuales, en un sentido lo suficientemente liberal como para incluir lo que solemos llamar “racionalidad”. Entendido de esta forma, el pensamiento es el rasgo distintivo de la especie humana.