Una poeta contempla el mundo desde la banca de un parque o desde una terraza, observa la realidad, recuerda su infancia lejana en el norte del Perú, doradas playas de Colán; revive su experiencia primordial y escribe unos versos. Admira el cuadro de un pintor famoso. De pronto, toma conciencia de su soledad y siente una ausencia, pero dicha ausencia es una presencia concreta, percibe la brisa y el viento –el viento siempre rodeándola– y se refugia en el silencio. El jardín y los árboles son mágicos en su visión contemplativa. Lo amado y lo perdido colma su ilusión, la luz tardía pero nunca es tarde para escribir poesía. Esto es lo que nos demuestra el libro Bruma detenida de Guiomar Du Bois reconocida escritora de literatura infantil, quien aquí vuelca su inspiración: la de una poeta consumada que nos hace partícipes de su búsqueda del eterno y perfecto instante, en el que hallamos mística, defensa de la naturaleza, de la cultura nativa del pasado; todo con un logrado manejo de la lengua explayándose en la elípsis y el hallazo gramatical y/o filosófico. Y por supuesto la dimensión del amor que no evade cierta crítica social o la consideración metafísica. En suma, Bruma detenida marca el debut de una nueva, vibrante y talentosa poeta en el concierto de la poesía peruana actual.
ROGER SANTIVÁÑEZ