César Olivares es un maestro de las imágenes, el ritmo y la melodía. Se podría decir que dos ejes tejen el tapiz de la composición estética de Aves en el pentagrama: las figuras que aluden a las violentas dimensiones que acompaña la experiencia de la vida y las que contextualizan los mitos de la vieja Grecia. Esta, mi primera afirmación, peca de imprecisa. El libro no trata simplemente de los desafíos de la vida y de la muerte, sino de la experiencia épica de amar mientras el mundo ocurre sin dejar que la tristeza nos ensucie el corazón.