En la sierra del Perú, una pastora se enamora de un hombre y queda embarazada. El hombre era el espíritu de los Andes encarnado en una persona. Cuando la pastora sentía los malestares de parto, los rayos y truenos, azotaron su cabaña, matándole de inmediato a la señora. El niño llegó a nacer y sobrevive. Uno de sus vecinos lo recogió y lo puso de nombre Illayuq que significa el protegido por los dioses. Con el tiempo Illayuq adquirió muchas habilidades propias del ande peruano. En el cuento el personaje atraviesa todas las etapas del desarrollo humano y con muchas habilidades sobrenaturales.