Zoonetos, escrito enteramente en sonetillos octosílabos –así pues, “zoonetillos”– es un poemario cuyo título no sólo es un neologismo, sino que el libro mismo pone por las patas de los caballos –nunca mejor dicho– el género de la fábula. Ésta consiste en una conversación entre animales, de cuyos diálogos surge la moraleja o enseñanza acerca de la naturaleza humana como crítica social con intención moralizante y sentido didáctico, pedagógico.
Zoonetos no son monólogos, pues cada poema consiste en el autorretrato que cada animal realiza, con dicha intención moralizante y sentido didác-tico, pedagógico, pero mezclando siempre –en cada descripción– reali-dad y fantasía, sabiduría e imaginación, humor y crítica; la moraleja va implícita a lo largo de la propia argumentación descriptiva de los animales.
Con Zoonetos, en realidad, se inaugura un nuevo género, del que podrán disfrutar tanto los niños chicos como los niños grandes. En cada página, la literatura se convierte en un festejo, en una fiesta. Olvídense de Esopo, La Fontaine, Iriarte, Samaniego y tantos otros; ¡esto es otra cosa!
ANTONIO CILLONIZ