Este libro es una invitación a pensar desde las ruinas de las antiguas sociedades andinas: los restos materiales en el paisaje, los textos coloniales y las piezas en colecciones museales. Parte de una lectura crítica de la noción de territorio como una tecnología del poder impuesta en las Américas con secuelas que perduran. Voltea así la mirada sobre el territorio de su despliegue heurístico como fronteras en la arqueología, parte de su bagaje colonial, hacia la gramática del tiempo-espacio habitado y las formas de relacionamiento entre grupos sociales en torno al agua. Sobre el trasfondo de las mitohistorias inscritas en el paisaje contemporáneo de la sierra norte del Perú emprende una relectura
de las transformaciones geológicas, glaciológicas y antrópicas de los Andes Centrales que aboga por formas de comprensión más profundas y respetuosas. Destaca los movimientos y la vida social de las montañas, así como las waka, pakarina, llajta y mallki que estructuraron las relaciones entre formaciones sociales y comunidades, de tamaño y lenguas disímiles, para preguntarse por las formas de percepción y negociación de la dependencia compartida del agua, aspectos clave para el desarrollo de las sociedades agrarias andinas. Este aporte a la descolonización de la disciplina arqueológica reformula el concepto de
territorio para abrir una senda que encuentra formas complejas de entendernos en y con nuestras montañas desde las historias locales.