Los tres primeros capítulos están dedicados a tres fases de la evolución de la separación de poderes: la separación de poderes antigua, la nueva y la actual, distintas en relación al poder dominante en cada fase.
En la vieja separación de poderes, el poder dominante es el legislativo, el parlamento; en la nueva, es el ejecutivo, el gobierno, en la actual, el poder judicial, las instituciones de garantía. Los dos últimos capítulos, entonces, abordan el desafío interno a la separación de poderes planteado por el desarrollo del digital, distinguiendo justicia auxiliar y sustitutiva, y proponiendo el principio de humanidad.