Este libro autobiográfico no es simplemente una colección de anécdotas, sino un relato profundamente íntimo de cómo Jacqueline ha construido su vida sobre los pilares de la fe en Dios. Desde muy pequeña, Jacqueline aprendió a ver la mano de Dios en cada aspecto de su vida. En las risas compartidas con sus hermanos, en los consejos sabios de sus padres, y en los momentos de soledad y reflexión, siempre encontró motivos para agradecer y confiar en la guía divina.
Este libro es una invitación a reflexionar sobre nuestras propias vidas, a reconocer las bendiciones y los desafíos que enfrentamos, y a encontrar en ellos la oportunidad de acercarnos más a Dios. Jacqueline Fajardo nos muestra, a través de su historia, que la fe no es solo un refugio en tiempos de necesidad, sino un camino de vida que nos guía en cada paso que damos.