La fortuna de este libro al que prologo se debe principalmente a sus méritos intrínsecos, a las calidades intelectuales de su autor ex-Decano del Ilustre Colegio de Abogados de Lima y profesor Principal de Derecho Constitucional y de Derecho Procesal Constitucional en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en cuyo antiguo firmamento, sus clases y doctrinas, brillan con la luz propia y cuyas citas nos recuerdan que toda doctrina está condicionada por la historia.