Son muy pocos los esfuerzos cognitivos que han tratado de resolver un problema mayor en la minería peruana de las últimas décadas: la explotación no regulada de sustancias por parte de los mineros informales. Las autoras en este libro presentan una novedosa alternativa: permitir al concesionario minero formal explotar ambas sustancias de su concesión y así, entre otros, desincentivar la actividad informal, modificando el actual régimen legal quizá pensado en un mejor beneficio económico pero que no consideró la “cultura informal” cada vez más creciente del país, y que ha generado devastadoras consecuencias en el medio ambiente, así como el aumento de conflictos sociales en las zonas donde dicha actividad no regulada se presenta.