ISBN 978-612-47690-7-8

Reseña

AQUELLAS PAMPAS DE ARENA

Fines de noviembre del 2016. La noche de Tarma nos recibió como la prolongación incierta de no saber adónde. Así arribamos a una casa con aroma a convento de monjas, antigua con paredes blancas, insípidas. Ella preservaba dones de hacienda colonial y un pequeño cartel con su nombre: “Santa María”, como queriendo encubrir la maravilla en el resplandor de la Cordillera Central de los Andes Peruanos.
Aquellos días intensos, las alturas de Ticlio jugaban deslealmente con los hombres del llano, pero no pudo doblegarnos. Así, desde La Perla de Los Andes, recorrí el Valle del Mantaro, visité La Oroya, Acobamba, Palcamayo y la Gruta de Huagapo, Jauja, Huancayo. La tierra de los Wancas.
En esas latitudes de Los Andes, descubrí a su gente, no sólo sus paisajes. La compleja sencillez de los pueblos andinos es tan igual a mis paisanos guaraníes, mocovíes y tehuelches que fui uno más y, como ellos, golpeado por la cruel indiferencia de una (in)civilización pretenciosa.
Se establecieron fuertes lazos que me hicieron regresar en el 2017, primero fue julio en Acobamba, para celebrar el Día de la Cultura con un homenaje a Eleodoro Vargas Vicuña y a la Muliza, canción de los arrieros tucumanos quienes, como yo, hicieron noche en otra hacienda: La Florida, con su historia y su vigente legado cultural.
Luego, en agosto, me recibió Huancayo invitado por la Universidad del Centro del Perú y en ese peregrinaje andino, seguí atesorando amigos y conocimientos. Nos recibieron en la Casa de la Cultura del Municipio de El Tambo que lleva el nombre de un querido poeta peruano que vivió y murió en Uruguay: Juan Parra del Riego.
En Acobamba nacieron los primeros poemas de Pampas de Arena. Este libro es un homenaje a la Cordillera Central del Perú, y que voy a compartir con ustedes cuando nos volvamos a encontrar en el mes de julio, en Acobamba, para celebrar otra vez, el Día de la Cultura.
Mis PAMPAS DE ARENA son más largas, más extensas porque abarcan un tremendo territorio que se atesora en el corazón del hombre americano, desde la Cordillera Central hasta el litoral fluvial argentino–uruguayo donde otras pampas son también ámbito del canto y del poema.

Alfredo María Villegas Oromí
Mayo de 2018