Jesús empezó su vida pública teniendo como único mandamiento: amar a su Padre sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo; como única pasión: hacer en todo su voluntad; y como único sueño: procurar que reine. Su deseo es que hagamos lo mismo.
Si queremos hacerlo, es necesario caminar el camino de Jesús y poner en práctica sus enseñanzas. Y su camino consiste en “jugarnos la vida por Dios” -es decir, por el bien del prójimo y por todo lo que es verdadero, justo, noble y bueno-, y estar dispuestos a perderlo todo en el intento. En la medida en que lo hagamos, seremos felices, volveremos al Padre y viviremos para siempre.
El problema es que vivir de la manera como nos lo propone Jesús es difícil y peligroso, pues podemos -como él- terminar crucificados. Sin embargo, si nos arriesgamos a hacerlo, así como él, resucitaremos.
Jesús, el hombre que es Dios, nos garantiza que podemos caminar su camino, pues él, en cuanto hombre, lo caminó. Sin embargo, la condición para apostar nuestras vidas por Dios es que estemos perdidamente enamorados de él.
El objetivo del presente libro es presentar a Jesús y su camino, a fin de conocerlo más, para más amarlo y seguirlo.