La inteligencia artificial (IA) tiene promesas y riesgos por la masificación de las tecnologías digitales en la vida económica y social del siglo XXI.
Se espera que robots similares a los humanos en apariencia y habilidades estén disponibles pronto, según expertos y medios de comunicación. Esto podría tener efectos positivos en la vida cotidiana y la sociedad, pero también podría poner en peligro algunos empleos tradicionales. Se realizan estudios para medir la magnitud de los cambios futuros, mientras las industrias automatizan procesos con nuevas máquinas y se experimenta con prototipos de inventos inimaginables hasta hace poco.
La IA está cambiando rápidamente el mundo y la educación no es una excepción. Tiene la capacidad de hacer frente a algunos de los mayores desafíos que afronta, hoy en día, el ámbito de la educación, de desarrollar prácticas de enseñanza y aprendizaje innovadoras y, finalmente, de acelerar el progreso en la consecución del ODS 4 . Intentar relacionar los términos IA y Educación puede resultar de gran ayuda para mejorar la calidad de esta última.
Estos términos son autónomos pero dependen mutuamente. La lógica que describe la relación real y potencial entre estos dos términos deriva de otra lógica más general y se expresa de la siguiente manera: conocimiento, tecnología y educación.
El fenómeno de la IA, en cada una de sus manifestaciones y desarrollos, al ser parte del mundo tecnológico, establece una dependencia natural e inevitable del conocimiento (una cultura de la educación) para expandirse y madurar.
Como tal, la presentación de algunas de las ideas que creemos que son centrales para AI reflejará la terminología relevante que AI ha establecido en su dominio y cultura de conocimiento.
La IA tiene el potencial de revolucionar la educación y hacer frente al llamado "analfabetismo funcional", que se considera uno de los principales puntos de inflexión de la desigualdad en el siglo XXI y que nos ha obligado a enfrentar el hecho de que leer y escribir ya no son habilidades suficientes.
Lamentablemente, en el mundo complejo y futurista de hoy, tener una buena educación ya no es garantía de éxito en ningún emprendimiento. Los modelos educativos que alguna vez fueron adecuados y ayudaron a erradicar esencialmente el analfabetismo en países de todo el mundo ahora han demostrado ser inadecuados y obsoletos.
La forma en que vivimos y trabajamos hoy en día está cambiando rápidamente gracias a la inteligencia artificial (IA). A medida que esta tecnología crece, también está teniendo un impacto significativo en el sistema educativo. Dado que la IA permite el aprendizaje personalizado, la tutoría inteligente y la creación de modelos predictivos sobre el desempeño de los estudiantes, tiene el potencial de revolucionar la forma en que enseñamos y aprendemos al mismo tiempo que ofrece oportunidades interesantes para mejorar los resultados académicos, personalizar la educación y preparar mejor a los estudiantes para enfrentar los retos del siglo en que vivimos. No en vano, un informe de EdTechXGlobal proyecta que el mercado mundial de la IA en la educación podría alcanzar los 6.000 millones de dólares para 2024.
Sin embargo, un progreso tecnológico tan rápido implica inevitablemente muchos riesgos y es importante ser consciente de los desafíos asociados con el uso de la IA en la educación. Con una planificación e implementación cuidadosas, la IA se puede utilizar para mejorar el aprendizaje y los resultados de los estudiantes.