La prescripción es una institución fascinante, debido a las incertidumbres de las que se encuentra plagada. Con toda razón, se ha dicho lo siguiente: Parece casi una ironía del destino que una institución destinada, según la opinión dominante, a garantizar la certeza del derecho sea ella misma fuente de profundas incertidumbres: Todos sus aspectos significativos son objeto de controversia, desde la calificación hasta el fundamento, desde el objeto hasta el contenido, desde los efectos hasta la operatividad de los mismos. Así pues, las incertidumbres giran no solo en torno al fundamento de la prescripción, sino también a su objeto y función.