Resulta admirable cómo en este poemario, Oscar Ramirez logra
hacer suyo, con rasgos personales, un tema mayúsculo que
ostenta numerosas obras maestras en la literatura universal: los
siete pecados capitales. Y lo consigue con una escritura de una
complejidad expresiva fuera de lo común: intensamente lírica,
enriquecida con elementos narrativos, dramáticos y reflexivos.
Convoca referentes mitológicos junto con sucesos y personajes
de dimensión clásica; pero, también, vivencias contemporáneas
de nuestro país.
RICARDO GONZÁLEZ VIGIL