Este libro condensa lo que se sabe respecto a la viticultura colonial peruana en una trama histórica que se proyecta desde la conquista hasta el siglo XIX. Se sostiene en su mayor parte en fuentes históricas de primera mano, crónicas, informes y testimonios de la época. La propuesta central se dirige a demostrar que, en virtud de su enorme capacidad productiva y por haber sido fuente generadora de intensas dinámicas comerciales en una escala continental, tuvo una importancia singular en el marco de la economía y del sistema colonial en su conjunto. Se plantea la posibilidad de que en estos aspectos solo habría sido superada por la minería.