Las fronteras, por lo general, son espacios marginales a las dinámicas sociales y económicas a pesar de ser uno de los elementos esenciales de la identificación de los territorios de los países a los que pertenecen.
Asimismo, las fronteras son espacios de encuentro e intercambio de dos o más sociedades, economías y políticas diferenciadas, representando dicha situación, diversos riesgos, aunque también oportunidades para la población local.
Las fronteras peruanas presentan diversas limitantes que les dificultan enfrentar los riesgos y aprovechar las oportunidades del citado relacionamiento. En los últimos años, el Estado ha desplegado diversas estrategias para el desarrollo de dichos espacios, luego que se concluyeran las negociaciones para delimitar de forma definitiva el perímetro fronterizo (con Ecuador, en 1998) y que, por lo tanto, se haya eliminado la sombra del riesgo de conflictos bélicos.
Sin embargo, el proceso de desarrollo y la integración de la frontera no está acabado y, en el contexto del bicentenario de la independencia, es necesario hacer un balance de lo avanzado e identificar los retos pendientes para que ellas alcancen el desarrollo sostenible.