La mujer a través de la historia ha tenido una serie de roles, muchas veces impuestos, injustos y discriminatorios, los cuales marcan una diferencia clara, entre tener “derechos” como “hombre” y el no tenerlos como “mujer”; ello, en un contexto de tiempo y espacio histórico. Por otro lado, dependiendo del contexto cultural y época, el rol que desempeñaban las féminas, determinaba su reconocimiento y admiración; aunque, lo que casi siempre prevaleció fue una situación de invisibilidad histórica; es decir, el ocultamiento de hechos respecto a su presencia en el entorno social, cultural y por ende su reconocimiento. Al respecto; Aguilar et al. (2013) sostuvieron que los hombres y mujeres desde su nacimiento presentan diferencias muy marcadas en su biología y las variantes en su comportamiento, sentimiento y pensamiento, las cuales se dan como producto de la influencia cultural.