Hace 100 años, cuando en 1924 se publica este libro, poco después de la muerte de Vladimir Lenin, el hecho que György Lukács le haya puesto de título el nombre de este revolucionario y el subtítulo «la coherencia de su pensamiento», no es simplemente una enunciación panfletaria que busca rendir pleitesía. Por el contrario, de lo que se trata es de una
argumentación de los principios y métodos, así como de una
conceptualización del proceso detrás del pensamiento de Lenin,
es decir, un esfuerzo teórico por explicitar el hilo conductor que se
puede entrever en el desarrollo de su obra. Una coherencia que,
como señaló el autor, le permitió a Lenin servirse lo más posible
de la teoría marxista para encontrar, desde un análisis de los
problemas estructurales de su sociedad en relación con el escenario mundial, una alternativa política para los problemas concretos.