Huarangos (2024) es un todo, pero que se compone de raíces, soma y pashcas; y en cada parte del árbol, entrelazadas, crecen-floreciendo los poemas que nos adentran al mundo natural, al mundo social y al mundo psicológico. Tal entretejido solo se logrará apreciar si el lector también se vuelve árbol o, mejor aún, si el lector simplemente se deja fluir por la poesía de Johana como el huarango se deja fluir por la savia que recorre la totalidad del árbol (Manuel Yóplac Acosta).