La digitalidad dejó de ser un lugar de compra venta de productos, y pasó a ser aquel sitio donde nos informamos, estudiamos, trabajamos, accedemos a servicios de salud, accedemos a cultura, por mencionar algunos de sus usos. En este sentido, queda claro que dejó de ser un lugar comercial (si es que alguna vez lo fue) para comenzar a disputar un espacio de derechos humanos y ciudadanos en la web.