La nostalgia en su cálida expresión y el recuerdo de un pasado que se traslada al presente, es lo que nos ofrece la presente historia, una remembranza de la niñez donde tiempos y espacios se dan la mano para unir a una familia con sus antiguas generaciones, dueña de un hogar mágico alrededor de un árbol. El ambiente rural, que hace de la naturaleza el espejo de salud y bienestar, sirve como telón de fondo para otorgarle vida a una casa levantada sobre las ramas de una encina y abrir un mundo de ensueños en el que los juguetes que la habitan tienen cada uno de ellos una historia propia. Es la fusión del ayer con el hoy la que adquiere protagonismo, dentro de la cual parientes tan cercanos como la tía Enriqueta o el tatarabuelo Braulio vuelven a ser niños a los ojos de una pequeña que, de pronto, se ve envuelta en la magia de una bruja buena. Así, esta reunión que convocan los objetos del pasado, muta en vehículo unificador que enaltece la fuerza del cariño familiar en medio de un universo fantástico.