Este ensayo aborda la dialéctica entre el estado de derecho y el
de policía, traducida en el campo penal en la más amplia o restringida
admisión del trato punitivo a seres humanos privados de la condición
de personas. Este trato diferenciado provoca una contradicción entre la
doctrina penal (y alguna filosofía política de ilustre prosapia), por una
parte, y la teoría política del estado constitucional de derecho por la otra, debido a que la última no lo admite ni siquiera en una situación bélica clara, pues implicaría abandonar el principio del estado de derecho y pasar al de policía, que se deslizaría muy rápido hacia el estado absoluto.