En un ambiente universitario tan competitivo y exigente, el logro de un aprendizaje eficaz no es simplemente un objetivo que se busca, sino una imperiosa obligación. En la actualidad, los jóvenes estudiantes se ven ante una avalancha de conocimiento nunca antes vista, altas exigencias académicas y la constante presión de destacar. No obstante, dedicar un mayor número de horas al estudio no garantiza necesariamente una mejora en los resultados obtenidos. La clave está en la forma en que se aborda el estudio, eso es lo que marca la verdadera distinción.