La soldadura es un proceso de unión de materiales, generalmente metales, mediante la aplicación de calor y, en ocasiones, presión. Esta técnica milenaria, esencial en innumerables industrias, ha evolucionado considerablemente gracias a los avances tecnológicos. Sin embargo, sus principios fundamentales permanecen inalterables: fundir los bordes de las piezas a unir y permitir que se solidifiquen como una sola pieza.
La elección del material es un factor crítico en la soldadura. Diferentes metales y aleaciones poseen propiedades únicas que afectan directamente la calidad y resistencia de la unión. Factores como el punto de fusión, la conductividad térmica, la susceptibilidad a la corrosión y la resistencia mecánica deben considerarse cuidadosamente para seleccionar el proceso y los parámetros de soldadura adecuados.
Si bien la teoría proporciona una base sólida para comprender los principios de la soldadura, la práctica en el laboratorio es indispensable para desarrollar las habilidades necesarias para realizar uniones de calidad.