Imagina un mundo donde las distancias físicas se acortan y el tiempo se convierte en un aliado más que en un enemigo. Un mundo donde la salud, tradicionalmente ligada a los muros de hospitales y clínicas, traspasa fronteras para llegar a cada hogar, cada bolsillo, cada individuo. Este mundo ya no es una visión futurista; es nuestra realidad presente. La transformación digital ha comenzado a esculpir un nuevo paradigma en la atención sanitaria, uno que no solo promete eficiencia y precisión, sino también equidad y accesibilidad.
El concepto de salud digital va más allá de la simple adopción de nuevas tecnologías. Se trata de una transformación profunda en la manera en que entendemos y gestionamos la salud, tanto a nivel individual como sistémico. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020), la salud digital engloba “el uso de tecnologías de información y comunicación (TIC) para mejorar los resultados en salud”. Esto abarca desde herramientas de telemedicina y registros electrónicos de salud hasta aplicaciones móviles para el seguimiento de enfermedades crónicas.