Este libro nos sugiere que, más allá del antagonismo entre las propuestas estético-políticas de Mario Vargas Llosa y José María Arguedas, es en el afecto melodramático que atraviesa la representación de la adolescencia masculina donde ambos escritores hallan un claro punto de articulación e íntima correspondencia. Para ello se analiza y se compara obras como Los jefes, Los cachorros y La ciudad y los perros, de Vargas Llosa, y Agua, Amor mundo y Los ríos profundos, de Arguedas.