El estudio de la demografía histórica es crucial para entender cómo ha cambiado la población a lo largo del tiempo. Para ello, los investigadores utilizan diversas fuentes de datos, que pueden incluir censos, registros civiles y documentos antiguos. Estos materiales son valiosos porque nos brindan una visión clara de la estructura y características de la población en diferentes épocas.
Las fuentes de datos demográficos son esenciales para el estudio de la población, ya que permiten conocer su estructura, distribución y cambios a lo largo del tiempo. Estas fuentes pueden ser tanto primarias como secundarias, y abarcan desde censos hasta registros históricos.