La ternura y la tragedia elevadas a sus más sublimes niveles son rasgos distintivos de esta novela que narra en un lenguaje terso y fluido, las vivencias, aspiraciones y frustraciones de una niña ciega de nacimiento.
Es una obra singular. Eminentemente psicológica. Tiene la virtud de llevar de la mano al lector hasta el centro mismo del complejo mundo de la invidencia infantil, por lo general, desconocido para la persona vidente.
La novela es un mensaje de vida para los minusválidos. Transmite un mensaje de aliento, fuerza y fe para superarse como entes productivos y ser útiles a la sociedad. Es profundamente humana. Conmovedora, sensibiliza hasta las lágrimas.
Hagamos votos porque pronto «Los colores de las tinieblas» sea publicada en Braille. Para, así, poder los ciegos del mundo, extasiarnos con la lectura y relectura de sus enternecedoras y estremecedoras páginas.
Prof. Pedro Alva Navarrete (+)
Director-Fundador Escuela de Invidentes
«Tulio Herrera León» de Trujillo.