Este libro analiza cómo el Derecho penal ha experimentado una expansión en las sociedades contemporáneas, transformándose en respuesta a los desafíos y riesgos propios de las sociedades postindustriales. El autor profundiza en los factores, implicaciones y límites de esta evolución, cuestionando si estas transformaciones son compatibles con los principios fundamentales del Derecho penal tradicional.