Al conmemorarse el bicentenario de la jura de la independencia
en la ciudad de Moquegua, realizada el 13 de marzo de 1825,
la población no hizo sino reafirmar su vocación por la libertad
iniciada en 1814 y reiterada en 1823. Hechos que hasta la fecha
no han sido estudiados ni difundidos con la amplitud deseada,
razón por la que pasan desapercibidos en las efemérides cívicas
de la ciudad.
El bicentenario de 1814 fue objeto de una ceremonia pública
gracias a una iniciativa personal, como más adelante explicamos
en este trabajo. El pueblo de Moquegua está entre los primeros
del país en pronunciarse por la emancipación; por este gesto el
Congreso de 1823 distinguió a la villa elevándola a la categoría
de ciudad, porque luego que se le presentó la oportunidad
«proclamó espontáneamente su independencia». Que se
reafirma con las repetidas juras de julio de 1823 y la del 13 de
marzo de 1825. Se ratifica el temprano anhelo por la libertad
del pueblo moqueguano, sin duda contagiado por el precoz y
reiterado ejemplo tacneño. (Pedro Peralta Casani & Gustavo Valcárcel Salas).