Esta obra surge como una herramienta innovadora para abordar un problema crucial en salud pública: la baja alfabetización sanitaria, especialmente entre comunidades quechuahablantes de Perú. Inspirado en experiencias rurales donde las barreras lingüísticas dificultan la comunicación sobre medicamentos, el libro ofrece un enfoque intercultural bilingüe (castellano y quechua Ayacucho-Chanca) para mejorar la educación en salud.
Destaca por abordar temas clave como el uso racional de medicamentos, automedicación y resistencia bacteriana, adaptados a contextos culturales específicos. Además, su diseño práctico lo convierte en un recurso valioso tanto para estudiantes como para profesionales de ciencias de la salud, promoviendo una atención más inclusiva y de calidad.
Validado en investigaciones académicas, este texto no solo reduce brechas sanitarias sino que también refuerza el respeto hacia la diversidad cultural, posicionándose como una contribución esencial para la formación profesional y la equidad en salud.