El personaje central, un profesional chalaco, exitoso y de origen humilde, decide combatir la inseguridad ciudadana, la extorsión, el sicariato, la corrupción y otros delitos que jaquean a una indefensa sociedad peruana; y para lograrlo, recurre a la comisión de ilícitos similares para alertar su conciencia y obligarla a reaccionar, transmitiendo por medio de ellos un mensaje sangriento que impele a los ciudadanos a cumplir las leyes; siendo ésta la primera ley. Esta contradicción confunde a los curtidos policías de la dirección especializada de investigación, obligándolos a esforzarse para detener sus crímenes. Finalmente es capturado y al hacer el uso de la palabra, al término del juicio oral, da un testimonio crítico y estremecedor.