La ciudadanía, frente a la angustiosa realidad nacional caracterizada por la corrupción, la impunidad y la traición a la patria que vivía el país, se preguntó: ¿cuál es el organismo estatal responsable de formar a los líderes políticos y los cuadros profesionales del país?; y ¿quiénes son los encargados de educar a los estudiantes de básica y superior?
Las respuestas estaban a la vista. El Ministerio de Educación era el órgano rector responsable de las políticas educativas nacionales y ejercía su rectoría a través de una coordinación y articulación intergubernamental con los Gobiernos Regionales y Locales, propiciando mecanismos de diálogo y participación ; y los profesores, como formadores de niños y jóvenes en todo el territorio nacional.
En la noble y generosa patria de Miguel Grau, Francisco Bolognesi y José Quiñones, patronos cívico militares del pueblo, el subdesarrollo, al parecer, no sólo era sociocultural, económico y nacionalista, sino que hasta parecía mental y emocional por culpa de la inepta, corrupta y traicionera “clase” gobernante. Esas administraciones inmorales fueron directamente responsables de la debacle económica nacional y de la terrible tragedia educativa de formar algunos líderes y dirigentes cuestionados y sentenciados por la justicia.