Escenario de múltiples convergencias: indígenas costeños, andinos y amazónicos; españoles e inmigrantes de diversos continentes. Todos ellos, hombres y mujeres que fueron dejando su impronta en el carácter y la estética de la ciudad: sus balcones, su comida, su modo de vivir. En ese mestizaje —rico, diverso, a veces conflictivo— se forja también la identidad nacional.
Con el rigor del historiador y la sensibilidad del limeñista, Juan
Guillermo Lohmann nos guía por la Lima cuadrada —el corazón fundacional de la ciudad—, desentrañando en sus calles las huellas de un pasado que persiste, a veces visible, otras veces apenas sugerido por el susurro de las piedras. No es solo la Lima virreinal y republicana la que revive en estas páginas, sino también la prehispánica, la que antecede al trazo de Pizarro, quien delimitó la Plaza Mayor entre antiguos adoratorios.
Este libro nos muestra cómo las calles no son solo espacios de tránsito, sino parte del recorrido vital de los limeños.