Memorias del olvido; es un libro que late con la sangre viva de las emociones desnudas. Liz Molinero escribe con un bisturí de luz, diseccionando el amor hasta encontrar sus huesos más ocultos: esos que duelen al recordar y sanan al nombrarse. Cada página es un espejo empañado donde el lector reconoce sus propias cicatrices iluminadas por la palabra precisa, esa que duele y libera al mismo tiempo.
Estos poemas no son simples versos, sino criaturas que respiran: aúllan en la noche, susurran en la almohada, manchan las manos de tinta y tierra. Molinero convierte el olvido en un territorio fértil donde florecen las verdades más necesarias. Aquí no hay consuelos baratos, sino la compañía feroz de quien sabe que nombrar el dolor es el primer paso para transformarlo en alas. Un libro para leer con los ojos húmedos y el alma dispuesta a renacer.
— Una lectora que encontró en estas páginas el valor de sus propias heridas.