Si en un momento nos ponemos a observar un animal muerto y comparamos todas sus estructuras constitutivas con las de ése mismo animal cuando estaba vivo, podríamos llegar a la conclusión de que cuando el animal muere las estructuras no varían; los órganos del cuerpo siguen ahí, todas las células siguen ahí, inclusive su peso sigue siendo el mismo. Si lo descompusiéramos en sus constituyentes químicos primordiales, seguirían siendo los mismos y en las mismas proporciones y sin embargo algo pasa… Algo no funciona.
El animal, más que una simple estructura o un conjunto de constituyentes materiales, es una serie de relaciones entre ellos. Si no hay relaciones no hay vida. Cada uno de los elementos constitutivos del animal tiene una relación con todos los demás aportándoles algo y recibiendo algo de los otros. Cada uno tiene una función muy específica y diferenciada y se alimenta de las diferentes funciones de los otros elementos quienes a su vez se benefician de lo que éste les aporta.
Si hiciéramos una analogía entre un organismo vivo y una empresa, el primero como una agrupación de células con funciones definidas en las que se puede observar división y especialización del trabajo, departamentos (órganos), dedicados a determinadas funciones centralizadas, sistemas de transmisión de datos e información (nervioso, endocrino), y sistemas de transporte de insumos, capital, productos terminados, combustible, desechos, etc. (sistemas digestivo, circulatorio, respiratorio, urinario, etc), cuya misión es mantenerse vivo, crecer y reproducirse; y la empresa como una agrupación de seres humanos con las mismas características, funciones y misión, podríamos aprender mucho de los ejemplos que nos pone la naturaleza: Hay organismos con mecanismos adaptativos que les permiten perdurar y otros organismos que sencillamente mueren.
Si comparamos a un dinosaurio, con una cucaracha, podríamos, pensar en el dinosaurio como una inmensa corporación que podría aplastar o engullir a la cucaracha con un solo movimiento. Parecería que el dinosaurio es mucho más exitoso, como agrupación que aglutina un mayor número de células. Sin embargo ante el cambio del entorno, el insecto se adaptó, progresó y creció llenando el vacío que dejó el dinosaurio que pereció. Lo mismo pasa con el mundo empresarial, la adaptación al cambio es un tema fundamental de supervivencia.
Ha habido cambios en el entorno mundial que nos han afectado tanto como un cambio climático afectaría a un ser vivo. Uno se pregunta ¿Por qué un país entra en recesión cuando tiene instaladas las máquinas para producir bienes, gente que necesita esos bienes que podrían producir esas máquinas, mano de obra que podría poner esas máquinas a operar y recursos financieros para inyectarle capital a todo el sistema?
Muy sencillo: Gran parte de la población del globo forma parte de un organismo social agonizante; las estructuras y los componentes están intactos, sin embargo las relaciones y el intercambio entre ellos se acabó: La gente que necesita los bienes no tiene el dinero para adquirirlos, las máquinas que representan a la industria que podría generar empleo están detenidas porque no hay quien compre lo que ellas producen, y retroalimentando el círculo, las personas no pueden comprar lo que la industria produce porque están desempleadas y con ganas de trabajar.
Se ha mantenido la misma estructura que la versión anterior, sin embargo se han actualizado los ejemplos, la información se ha ajustado a la realidad actual, contextualizando a las nuevas condiciones empresariales y a la tendencia actual.
En el texto tenemos presentamos 12 casos estudios desarrollados de las diferentes unidades, cabe resaltar que no existe solución única, de varias posibilidades se tendrá que evaluar la más adecuada a cada organización.
También en esta nueva revisión se ha incorporado mejoras y casos nuevos que permitirán tener mayor claridad en el presente curso.