En este siglo XXI la lectura o el estudio de la psicología ha evidenciado una valiosa relevancia, dada la crisis que se observa en la sociedad, donde el ser humano es una célula minúscula de ese tejido complicado.
A diario somos testigos de comportamientos patológicos o anormales en los núcleos familiares e institucionales. Hay escaso control de las emociones, defectuosas relaciones interpersonales, deterioro o extinción de los valores, incremento del egoísmo, trastornos en el plano afectivo que algunas veces conducen al feminicidio.