Los aimaras tienen su propio modo de vivir, de afrontar los
problemas cotidianos, sus valores culturales, la lengua, los símbolos, la
organización social, su propia historia, que deben ser fomentadas por todos los medios disponibles, entre ellas la educación; pero en diálogo e interacción con otras culturas para comprendernos y comprender a nuestros semejantes.
El conocimiento de nuestra propia cultura nos permite afianzar nuestra propia identidad.