En estas últimas décadas, un joven profesor que conoce bien el secreto de cómo avivar el asombro y la creatividad de sus pequeños estudiantes, propone a la ciudadanía en general este segundo libro de cuentos con nuevos personajes: un caballo rojo que anuncia el final del día trazando un firmamento rojizo y anaranjado como el fuego; o de aquellos cabritos, conejos y corderos que van a la escuela; o de un gato endemoniado que se apropia del menor de los hijos de su guardián y es tan terrorífico como aquel que antaño nos relataba de una procesión de gatos dolientes cargando a medianoche un féretro por la plaza Chaupimarca.