5 metros de poemas de Carlos Oquendo de Amat puede cumplir serenamente los centenarios que vengan; generación tras generación hará de perfecto arcaduz por donde se deslicen versos ataviados con ternura indecible, «pero manteniendo el imperio de su mundo personal» a decir de Carlos Meneses. Antecedió a Enrique Peña Barrenechea, autor de Cinema de los sentidos puros, editado en 1931. El poeta logró construir una voz personal y cimera. Ahora es presencia invisible recostada en una tumba de Navacerrada, Guadarrama, en el aireado corazón de la sierra española.
Esta edición es un homenaje a la palabra decantada, a la nobleza de sus versos, a la serenidad poética y a su quieta permanencia en nuestra agradecida memoria. Sus versos llevan sonoridad andina y castellana, con ritmo musical y cinematográfico. Esta edición llega en nítido homenaje a Puno, ataviada de frescura y esplendor, donde alpaca y buey pastan en apacible mestizaje.