La importancia de los contratos estandarizados en proyectos globales radica precisamente en su capacidad para ofrecer un terreno común en un entorno diverso. Formatos como los desarrollados por la Fédération Internationale des Ingénieurs-Conseils (FIDIC) y el New Engineering Contract (NEC), este último impulsado por el Institution of Civil Engineers (ICE) del Reino Unido, han ganado una tracción considerable a nivel mundial. Estos modelos contractuales proporcionan un lenguaje y unos
procedimientos comunes que facilitan la comprensión mutua entre partes de diferentes culturas legales y empresariales. Reducen la incertidumbre, estandarizan la asignación de riesgos y ofrecen mecanismos probados para la administración del contrato, la gestión de cambios y la resolución de disputas. Esto es particularmente crucial en proyectos financiados por bancos multilaterales de desarrollo, que a menudo exigen el uso de estos formatos estandarizados como condición para el financiamiento, buscando garantizar la transparencia y la buena gobernanza.