La extensión agropecuaria como servicio, inicialmente tuvo una orientación ligada más a un sistema de extender los conocimientos y tecnologías, desarrolladas en las instituciones superiores, con fines de mejorar los procesos productivos buscando obtener mayores rendimientos y utilidades en las fincas como centros de la producción primaria, para abastecer adecuadamente a las poblaciones cada
vez mas crecientes.
La conceptualización y contextualización del servicio, se ha ido modificando a través de los años y el enfoque del mismo, de acuerdo al escenario donde se aplicaba, pero casi siempre con una visión limitada, por la verticalidad de su planeamiento, generalmente realizada por expertos, sin tener un mayor conocimiento de las necesidades de cada realidad el cual es diferenciada por características propias de cada región, en la cual el agricultor o productor simplemente era el objeto, mas no el sujeto de su propio desarrollo.
Actualmente el cambio del enfoque es alentador, teniendo en cuenta el objetivo macro de mejorar la calidad de vida del productor, el cual sugiere ya no solamente tener en cuenta un proceso de enseñanza de la agricultura, sino que su contexto debe ser mucho más integral y teniendo en cuenta al agricultor como objeto y sujeto de su propio desarrollo.
En ese sentido, la extensión agropecuaria debe ser un servicio con enfoque participativo centrado en la participación activa de los agricultores en el proceso de difusión de conocimientos, tecnologías, prácticas agrícolas y vivenciales, dejando a un lado el enfoque tradicional de arriba hacia abajo, donde los expertos transmiten información a
los agricultores de manera unilateral, la extensión agrícola
participativa involucra a los agricultores en todas las etapas
del proceso, desde la identificación de problemas hasta la
implementación de soluciones.
Al adoptar un enfoque participativo en la extensión agrícola, se busca promover el empleo de prácticas sostenibles, mejorar la seguridad alimentaria y los medios de vida de los agricultores, y fortalecer las capacidades locales para la gestión de recursos naturales.
Dentro de este escenario el extensionista, es el profesional encargando de enlazar, coordinar y gestionar en el medio donde se encuentra el actor principal el agricultor en muchos casos denominado beneficiario, con la institución ya sea pública o privada, responsable de ofertar el servicio, sin embargo es muy necesario hacer un paréntesis, y
realizar cambios en una serie de aspectos inherentes al servicio, para que esa gestión sea lo mas adecuado posible, por que los resultados hasta ahora no convence la funcionalidad del mismo.
La presente edición, hace un análisis del servicio mayormente aplicada en las zonas rurales de los países en desarrollo, con énfasis en la cuenca del Huallaga - Perú, pero teniendo en cuenta la importancia de la agricultura familiar como base de un sistema con enfoque agroecológico, que nos proporciona una visión de sostenibilidad, el cual debería de ser replicado en todos los sistemas de producción agropecuaria, con sistemas de aprendizaje en la cual se aplique los instrumentos o herramientas participativas que conlleven a que los mensajes causen el impacto que se viene buscando hace muchas décadas, donde la brecha de metas planteadas y adopción de estrategias ofertadas sean mínimas.