ISBN 978-612-4392-31-3

Reseña

Hacia 1861, en medio de la cordillera andina, fue instalada la Fábrica de Hilados y Tejidos de Lana Lucre, dotada de tecnología de punta de procedencia francesa, acontecimiento muy importante, que constituyó la materialización de la visión y sueño progresista que poseía cierta élite cusqueña en torno a la dirección económica que debía adoptar la región con la obtención de la independencia política del Perú, quienes veían la modernización y progreso económico de la sierra mediante la introducción de tecnología que pudiera dar nuevo impulso económico a las rústicas industrias que languidecían tras las crisis económicas originadas por la destrucción acarreadas por la emancipación y las luchas de independencia; agraviadas aún más por las inadecuadas políticas económicas tomadas por los gobiernos de la recién formada República en torno a la recuperación económica y política de la sierra andina; desarrollo que fue postergado, como es evidente tras casi doscientos años de la independencia política de nuestro país.
La Fábrica de Hilados y Tejidos de Lana Lucre, fue la tercera fábrica textil moderna fundada en el Perú republicano; sin embargo, a diferencia de las que le precedieron, esta tuvo una mayor duración; además, fue la única que dio continuidad a la actividad textil desarrollada por el obraje hacienda Nuestra Señora de la Asunción fundada en 1715, talleres que poseían máquinas de tecnología medieval, tecnología que dio origen a las máquinas gestada por la Revolución industrial europea.
La actividad textil en el periodo colonial se remonta hacia 1689, actividad que pudo estar arraiga a este sitio incluso desde el periodo prehispánico, ya que Lucre, conocido como Mohina en el precolombino, fue uno de los ayllus más sobresalientes del Cusco; además de haber sido la panaca donde nació Huáscar quien ostentaría el cargo de Sapainca. Así, un ayllu notable como Mohina, o una panaca noble como la de Huáscar, debió poseer las infraestructuras que hacían de estas autosuficientes como son: los talleres textiles; tanto para fabricar ropa fina o cumbi para las élites, y ropa burda o ahuasca para los súbditos.
Así, al igual que la existencia de los rústicos talleres textiles del obraje de Lucre habría servido de cimiento (tanto en infraestructura como en superestructura) para la instalación de la moderna Fábrica, veo muy posible que, los cimientos de la industria textil prehispánica sirviera para que en la sierra, en el periodo colonial se desarrollara una industria textil muy intensa, difundida y arraigada, actividad que constituía el principal eslabón económico del Cusco en particular, industria que rebasaba grandes obstáculos; al igual que la moderna Fábrica lo hiso en su respectivo momento; por lo que la fábrica de Lucre se erige como un pilar perfecto para el estudio de la tecnología textil; así como los fenómenos acontecidos en torno a los diferentes contextos andinos.
Las primeras máquinas modernas introducidas a esta fábrica fueron de origen francés, siendo las primeras, unas máquinas Jacquard de madera internadas en 1859 producto de la Primera revolución industrial; para luego hacer ingreso en 1861 un gran grupo de máquinas de metal producto de la Segunda revolución industrial, año que marcó el inicio del funcionamiento de la moderna Fábrica; introduciéndose luego máquinas inglesas, belgas, alemanas, norteamericanas, italianas y polacas. Aquellas máquinas llegaron desarmadas a la Fábrica, las que fueron armadas en el lugar, dando por resultado la transferencia de tecnología; motivo por el cual, en la fábrica de Lucre se manufacturaron algunas máquinas en madera.
En 1992, su propietario: Miguel Ángel Velarde Álvarez, visionó poner en valor la Fábrica como un Patrimonio Industrial, proyecto al que me sumé el año 2006.
Para este propósito, hemos conservado la maquinaria textil y hemos dispuesto del edificio de la sala de máquinas para realizar en aquella el Centro de Interpretación de la Industria Textil, con el mismo que daremos valor a este único y extraordinario legado como Patrimonio Industrial del Perú.
En el capítulo Preludio a la instalación de la moderna fábrica de Lucre, narro a muy groso modo, el recorrido histórico que condujo a la instalación de la moderna Fábrica; así como contextualizo algunas acciones y conceptos, pues mi interés principal es que la historia nos sirva de puente para mejorar nuestro entendimiento del pasado y del presente; y a partir de este, el lector pueda dilucidar las posibilidades que trae el futuro.
Con el objetivo de poner en valor la fábrica de Lucre como Patrimonio Industrial, es que en el capítulo: Centro de Interpretación de la Industria Textil, explico los objetivos, la importancia cultural y la finalidad de la implementación de dicho Centro.
En el capítulo: Fabricación de hilos y tejidos de lana de oveja, explico detalles técnicos referidos a la fábrica de Lucre; así como, hago una descripción del proceso productivo para la obtención de hilos y tejidos de lana de oveja manufacturada mediante la maquinaria textil desarrollada entre mediados del siglo XIX a mediados del siglo XX, ya que son estas máquinas con las que cuenta la fábrica de Lucre, que son conservadas en calidad de material expositivo, las mismas que conforman el Centro de Interpretación de la Industria Textil. Dado que el recorrido histórico de esta Fábrica se remonta hasta el prehispánico, es que, en medio de la explicación de los procesos productivos, añado información técnica referida a la actividad textil desarrollada en el periodo precolombino y colonial; así como información referida a las invenciones desarrolladas en este campo en plena Revolución industrial europea; capítulo con el que el lector tendrá una idea rápida, amplia y concisa de los procesos involucrados en la actividad textil.
Para decir mucho hay que saber poco, y para decir poco hay que saber mucho; y, siguiendo esta lógica es que en el capítulo: Tecnología, industria, sociedad y cultura: presente y pasado, digo poco de muchos temas relacionados con el contexto regional actual que atravesamos, pues, uno de los propósitos del Centro de Interpretación de la Industria Textil es que este sea un sitio de cultura viva, donde se debatan temas contextuales.
La identidad define lo que somos, por ello, considero muy importante y necesaria la generación y el fortalecimiento de la identidad cultural hacia el desarrollo y progreso económico mediante la valoración del trabajo, la producción, la industria, la tecnología y la cooperación. Soy plenamente consciente de que el desarrollo y progreso regional no es posible si no se involucra en ella a la mayoría de sus habitantes, los que requieren ser convocados hacia la industrialización y modernización regional descentralizada por medio del trinomio: Estado regional, empresas privadas y población organizada; visión que plasmo al Centro de Interpretación de la Industria Textil, siendo el cambio social, uno de sus principales objetivos.

Miguel Eduardo Velarde Oliart.