AHORA MIS OJOS TE VEN no trata de mí sino de ÉL, del Dios pleno de grandeza y majestad, lleno de gloria y esplendor, que abrió mis ojos poco a poco para que vea lo maravillosa que es su Creación y lo inconmensurable de su amor por nosotros, sus hijos.
Mi deseo es compartir en estas páginas a Jesucristo nuestro Salvador, dar a conocer su inmenso y asombroso amor por nosotros y su gran paciencia para poder alcanzarnos y quitar la venda de nuestros ojos. Yo no lo conocía, pero me buscaba, y cuando por fin abrí mi corazón en el mejor día de mi vida, pude comprender su inagotable gracia.
En el transcurrir de nuestras vidas pasaremos momentos de crisis generadas por distintas causas, situaciones en las que nos sentiremos al borde de un abismo, sin salida, que harán que entre la duda en nuestro corazón y tal vez hasta que cuestionemos el amor de Dios, pero si lo invocamos y pedimos que intervenga, la mano del Todopoderoso se moverá a favor nuestro y sabremos cuán importantes somos para ÉL, que existe, que es real, que nos escucha y es tan cercano como el aire que respiramos.