En este estudio se aprecia al Espíritu Santo identificado como Dios mismo, su naturaleza tan especial, su obra permanente tanto en el mundo como en la vida de la Iglesia y su influencia diaria en nuestra vida como hijos de Dios. Al realizar este estudio el creyente no sólo reconocerá al Espíritu Santo como Dios verdadero y soberano sino que será invitado a someter su vida totalmente a él.