En el 2009 ocurrió uno de los hechos más trágicos en lo que va del
presente siglo en el país. Su principal escenario lo constituyó el sector
denominado Curva del Diablo, tramo de la Carretera Marginal Fernando
Belaúnde Terry (en el distrito El Milagro de la provincia de Utcubamba,
región Amazonas); y el otro escenario fue el lugar donde se encuentra
la Estación 6 de PetroPerú ubicada en el distrito de Imaza, provincia de
Bagua, región Amazonas. Después de cincuenta y cinco días, un paro
amazónico en la selva peruana, rodeado de circunstancias complejas, tuvo un duro desenlace que involucró a indígenas, civiles y policías, terminando con treinta y tres personas muertas, más de doscientos heridos y un policía desaparecido, en lo que se conoce como “El Baguazo”
Tales sucesos dieron lugar al inicio de diversos procesos penales, algunos de los cuales han concluido, siendo el más conocido el caso de la “Curvadel Diablo”, cuya sentencia terminó absolviendo a las cincuenta y tres personas que fueron juzgadas. Como es de conocimiento público, la
sentencia absolutoria expedida por Sala Penal de Apelaciones Transitoria y Liquidadora de Bagua si bien ha tenido un reconocimiento social, los recursos de nulidad interpuestos por el Ministerio Público y la
Procuraduría del Ministerio del Interior llegaron a generar discordia entre los magistrados de la Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República, la cual fue definida mediante el voto dirimente de dos magistradas, llamadas para resolver la discordia.Más allá de los hechos en sí, que desgraciadamente comprometieron vidas
humanas, el “Baguazo” mostró que aún nos falta mayor institucionalidad, democracia e integración como país, poniendo incluso en cuestión el rol del Estado respecto a lo que se determina como bien común, desde la cosmovisión de la población indígena, que sin duda alguna, pone también en cuestión a la justicia ordinaria.El trabajo intelectual de Torrejón Rengifo, además de ubicar los
acontecimientos en su contexto, los antecedentes, el papel de los actores involucrados, las responsabilidades políticas y penales, y el impacto del “Baguazo” para el conjunto de la sociedad, se propone mostrar los desafíos que se presentan en un país en el que, justamente debido a la inequidad, la desigualdad y la pobreza existentes, la justicia intercultural constituye un elemento necesario para la cohesión social y el desarrollo sostenible.